FUTBOL // Milagros inesperados
Por la octava fecha del áspero campeonato, Ladilla ganó y terminó sin goles en contra después de más de siete años. Beto sigue invicto y Andy volvió a besar a su foquita en la cabeza.
La Revolución Francesa, La Segunda Guerra Mundial, La Llegada del Hombre a la Luna, La Guerra de Vietnam, La Caída de las Torres Gemelas pueden que sean algunos de los episodios más importantes de la historia mundial. De todos modos, no son compatibles, en términos de relevancia y cambio histórico de la humanidad, con el último triunfo logrado por Ladilla Fútbol Club. Dicha victoria no solo permitió que el conjunto ladilloso sumara tres porotos, sino también, por primera vez en su vida, finalizar con la valla invicta. Crease o no, tal acontecimiento tuvo sus consecuencias. El Monumento al Libertador Gral. San Martín, ubicado en Retiro (más precisamente en Plaza Gral. San Martín), fue arrancado de cuajo para colocar una estatua de Beto con sus pechos al viento; John Bonachon fue santificado por el Vaticano; y a Cutu se le compraron caramelos. Ahh… y Andy feliz recuperó su amado peluchín.
Pero vayamos al grano. Mmm mmm… Beto Beto viendo que la troup ladillenta no estaba completa, ya que Isaac se demoró regateando el precio de un chori en la Costanera Sur, decidió alinear a los héroes de la jornada vs. Defensores del Portero Detonado de la siguiente manera: Daminato al arco; DJ, Lautaro del Monte, Norbi y Pujo en la defensa; Paja Andrés, Juan Mitini, Leo y Nico Paz al medio; y el Mago como el “Llanero Solitario”. (ver formacion y premios)
El primer tiempo fue tan malo como Jere pegándole un saque a la Tulita. Solo pueden destacarse un par de jugadas. La foquita amarrada preocupándose por un lesionado Andy; DJ revoleando patadas sin sentido, lo que hizo que varios lo confundieran con un bailarín folklórico de danzas rusas; Ex – largui tocándose a un costadito; y el Mago aportando las gotas de champán a la que nos tiene acostumbrados. Esto permitió que el público ladilloso, azotado por los grandes vientos antárticos, se fastidie y aburra. Mas aún, y sin dar nombres propios, un integrante de la barra con flequillo a gogo y de pequeña estatura se empacó y filmó el match con la cámara invertida. De esta manera, se esfumaron los primeros 35. minutos. Ladilla 0 – Defensores del Portero Detonado 0.
Pero el segundo tiempo la historia cambió. Isaac, con su conocida pausa exagerada, empezó a mostrarse y dejar de cortar los santuchitos por la mitad. A pedido de mmm mmm… Beto Beto Nico Paz y Ale se juntaron más, Juan Mitini promovió la sobreventa de golosinas, Andy vendado por su amor sacó chapa de gladiador y Leo… si, también queremos a Leo. Atrás la causa no fue muy diferente. La aguerrida defensa, bajo el lema “Luchad mis fieles, luchad” de Norbi Maison, acató ordenes y salió a buscar cizaña. Y a Donato se le prometió la muerte de su hermana, por lo que se transformó en una persiana metálica. Con mencionada actitud el partido fue otro. Ladilla se hizo dueño del balón y a los 28 minutos tuvo su premio. La Magia gana con el físico que lo distingue (a pesar que las malas lenguas después hablan patrañas que a veces se desmaya) y toca para Nico Paz que chuta pero su remate es bloqueado. Sin embargo, en una segunda oportunidad, el Fantasista no perdona y la manda a guardar. Ladilla 1 – Defensores del Portero Detonado 0, y la envidia hablaría de un festejo carolo entre los dos delanteros estrellas. Luego una catarata de situaciones pudieron aventajar a Ladilla en el tablero electrónico: un tiro en el travesaño (no, no son lo que a Cutu le cabe), un gol mal anulado a Lautaro del Monte, y un remate del Mago que pasó cerca del palo izquierdo del guardameta contrario fueron desatando de apoco las puteadas del viejo Beto. Incluso la ira del DT iba subiendo de tono a medida que los referís, desalmados de por cierto ante este humilde equipo careciente de victorias, intentaban inclinar la cancha a favor del equipo rival. Pero Donato se encargaría de decir “No señores hoy no entra, quiero mas vinooo”, por lo que Ladilla conseguiría un resultado memorable.
Y si señores, Ladilla ganó y mantuvo la valla invicta. Tuvieron que pasar 7 años, 3 meses y 15 días para que este milagro de la naturaleza suceda. Así jugadores, cuerpo técnico e hinchas festejaron como nunca lo habían hecho. Pero no fueron los únicos que celebraron. Luego de días de cautiverio, Foci regresó con su amor y comió atún. Y colorín colorado… la cara de Leo.