domingo, abril 15, 2007

INFO. GRAL. // ¿Solo equipo o institución?

Las victorias, el aumento de socios y el objetivo de edificar una Sede Social están haciendo que Ladilla crezca día a día.

Obrar como un propósito, poblar la nada, como un recurso del ingenio, como afirmación de lo humano. La idea del desarrollo como progreso es tan vieja como la modernidad. Si bien la globalización no ha diseñado formas institucionales y productivas acordes con la democracia y la equidad, la antigua aspiración al desarrollo no ha desaparecido. Y busca afanosamente su cauce, reivindicando derechos básicos y discutiendo políticas de transformación. Es preciso hablar de una encrucijada que reclama apuestas políticas e institucionales. Un componente decisivo de esta cuestión es organizar los compromisos deportivos, hay que admitir que en este sentido mucho se ha avanzado: muchos son los que juegan en el equipo y son más los que quieren pertenecer a él. ¿Cómo avanzar hacia una unidad institucional? ¿Cómo podemos aprovechar más integralmente los recursos y generar nuevas actividades intensivas? Responder estas preguntas será un aporte para definir una estrategia activa de inserción en la sociedad.
Será conveniente priorizar aquellas medidas que contribuyan a construir el entramado deportivo y político del club, ya sea con los materiales del entrenamiento y el armado de una comisión directiva. Para desarrollar nuevas ventajas competitivas hay que asumir una estrategia clara al respecto. El equipo tiene un enorme potencial en jugadores juveniles que deberían ser bien explotados y muchas personas con grandes ideales tales que encajarían en la idea de esta institución.
Los saldos deportivos de los últimos meses han suscitado pronósticos positivos sobre el futuro del equipo. Sin embargo conviene indagar a la luz de la historia cual es la actual coalición de intereses. La configuración de un núcleo dinámico limitado en medio de una estructura ocupacional seria tan importante como ventajosa. Así Ladilla escaparía del anonimato convirtiéndose en un espacio con identidad propia.
Lo que la ciudad no mira, no existe y mirar significa representar.


Para El Ladillón
Santos Biasatti