jueves, abril 05, 2007

INFO. GRAL. // Por favor no me despierten

No se puede destruir todo el sueño sin soñarlo. Aunque pinte para pesadilla, nada se termina hasta despertar.

Ladilla eligió el camino más ríspido, seguir buscando a pesar de los lamentos externos que se le impregnaban en la piel y de la comezón interna que se agigantaba con cada partido perdido. Pero sigue ahí del líder, entre otras cosas por no flaquear cuando los rostros ajenos reflejan desazón. Ató con tripas a ese corazón y fue el detonador de sueños.
¿Creer o reventar?; Creer y reventar. Ladilla hizo explotar a la gente. Fue un volcán, primero interno, que salpicó a todos. Y después con la goleada consumada, en ese lapso en el que el cuerpo actúa por instinto, el equipo corrió sin sentir las piernas, gritó ensimismado sin escuchar los alaridos que lo acompañaban y quedó de cara a los hinchas con el alma al aire y viviendo un final que solo ellos siguen soñando. Estos héroes no nos pagan el alquiler, no nos consiguen trabajo ni nos devuelven seres queridos que hemos perdidos, no resuelven la salud ni la educación. Pero muchos de nosotros los necesitamos como el aire para alegrar la vida.

Para El Ladillón
Santos Biasatti