viernes, junio 15, 2007

INFO. GRAL. // Pujo a rehabilitación

El barbudo de 24 años ingresó por propia voluntad, según informó su representante, a un centro de rehabilitación para someterse a un tratamiento especial.

Esta vez, prometen, será algo serio. El último desliz del muchacho fue el sábado de su cumpleaños, cuando chocó por manejar ebrio por Iriarte. Los hinchas, que se alimentan de estos tropiezos, lo escracharon en el momento justo. Click, click fotos de Pujo desmayado. Él había salido de su fiesta a eso de las 5.30 de la madrugada, cuando mordió el cordón, perdió el control de su moto y se llevó puestos unos árboles. La policía lo arrestó, lo revisó y encontró, entre otras cosa una cantidad considerable de estupefacientes. Ahora debe presentarse en la corte el 24 de agosto. Pero, aunque sumó en la decisión de “limpiarse”, este evento no fue el que derramo el vaso, sino que fue el colapso que tuvo anteayer cuando ingirió una cantidad masiva de alcohol. “Esto es un asunto médico, así que nuestra esperanza es que la prensa va a entender la seriedad del asunto y va a respetar la privacidad de Fernando Pujolá, como también la de los otros pacientes que reciben tratamiento en la institución”, pidió su representante en un comunicado público emitido horas después del ingreso al lugar. Ese centro, es el mismo lugar donde Tavo recibió tratamiento luego de sus sucesivos derrapes. Recordemos que Pujo ya había estado tratando de eliminar su adicción al alcohol permaneciendo durante un mes en otro centro, luego de haberse pasado en el cumpleaños de Ale García y asistiendo regularmente a reuniones de Alcohólicos Anónimos. Aunque las malas lenguas decían que siempre llevaba una botellita de agua mineral adulterada con vodka. Uno de sus amigos dijo “Esta de haber sido una de las mejores fiestas de la historia”, en su momento el comentario pareció una humorada pero ahora ya no es gracioso. Más desafortunado aun y menos chistoso lo que dijo Pujo alguna vez, luego de ir a desintoxicarse la primera vez: “fue tan extraño que yo haya ido a un centro de rehabilitación, siempre dije que moriría antes de eso”.

Para el Ladillón
Santos Biasatti