FUTBOL // Tropezón
Con un partido para el olvido, Ladilla cayó en el Dolar Stadium 1 a 0. El organizador del campeonato amante del billete aburguesado intentó propasarse con Desy.
Varias eran las expectativas que se habían tejido sobre Ladilla previo al choque vs Infamia el domingo pasado, pese a que de movida el tricolor no contaba con las presencias estelares de Nico Paz y Pablo Melgarejo por temas amorosos y bonaerenses respectivamente. Un claro ejemplo de ello es la apuesta jugada entre Claudio Megustalatarasca y Fiorito Grancurrito. Este último siniestro personaje apostó por una victoria del conjunto ladilloso. De ganar, se hubiese quedado con todo el botín de las rifas. Pero al perder, Megustalarasca se aseguró un dpto. en Libertador.
De todas formas, diezmado, con Nico o sin Nico, con poronguero de color o luminoso, Ladilla jugó uno de sus peores partidos en lo que va del campeonato. El equipo que alineó con Mariano al arco; Leo, Javi, Jere y DJ en la defensa; Pujo, Gonza, Diego y Tavo en el medio; Ale y Cali en la delantera (ver formación y premios) careció de poder ofensivo, creatividad y arengas patrióticas, como los que suele gritar Jere (ej. “Uso Tulipán porque soy macho y argentino”) que erizan la piel a cualquier transeúnte/espectador y que permiten salir a la cancha en busca de un hígado o algún que otro órgano vital.
Pocas, casi nulas, fueron las llegadas de Ladilla en el primer tiempo. Solo puede rescatarse una escapada de Ale que descargó para Tavo, pero este con el kerosén que había introducido en el cuerpo la noche anterior pifió levantando tres kilos de tierra. Tampoco Infamia inquietó demasiado al conjunto ladillento. Solo peligró la virginidad de Desy cuando minutos antes al comienzo del encuentro, Claudio Megustalatarasca quiso levantársela humedeciéndose las cejas con el dedo mayor e índice de una sola mano y poniendo cara de fachero. “Vengo a saludar a la profe” dijo y se fue sonriente corriendo al centro del campo de juego ahorcándose la gallina. En ese contexto, resaltó la figura de Pujo que, con toda la merluza que había colado, empezó a apoderarse del medio campo y flashear que por detrás del arco un nomo irlandés lo saludaba con su galera verde mientras bajaba por un arcoiris. Anonadado con el rendimiento de Pujo, quien le quitaba la pelota hasta al mismísimo Mariano, Diego también empezó a entrarle a la milonga, y segundos después a alucinar jugadores donde no lo estaban. Hete aquí la respuesta a porque La China dio aproximadamente un millón de peses erróneos.
En el segundo tiempo, el trámite del partido fue más o menos el mismo. Infamia se adelantó en campo y Ladilla ni con una masita de Parodi atemorizó al gordito que atajaba con la camiseta de Arsenal de Sarandí, dicho sea de paso es hijo de Claudio y le encanta la tarasca. Y de tanta pasividad ladillosa, por no decir paja de jueves a la medianoche mirando Film Zone, Infamia estableció el 1-0 con un cabezazo certero. Tras ponerse en ventaja y ver como DJ hacía los laterales, el rival se agrandó lo que dificultó más aun la asociación de juego colectivo entre los ladiboys. De esta manera, el nerviosismo y la incertidumbre se apoderaron de Ladilla. Frases como “cerrá el orto”, “dale Diegooo!!”, “tu vieja”, “Nicooo volveee”, “Sunset”, “Bosque de Coníferas” y “Aguante Ester Goris” empezaron a hacerse frecuente a medida que el partido iba llegando al final. Solo Daminato hizo posible que Ladilla no pierda por la mínima diferencia.
Se perdió, pero la ilusión sigue intacta y como dice Andy Chango “Un tropezón no es caída, pero a mi me cabe el porrazo”.