FUTBOL // Cámbiale Marge
Como si hubiese sido la semana pasada, Ladilla empató en cero vs Barracas y detuvo su marcha en busca del título tan anhelado. Una parva de lesionados y la merluza barata, hizo que la Comisión Directiva tome la medida de jugar dentro de un par de fechas.
Años atrás, años en los cuales Saulo se empilchaba y se mandaba Studio Line de L`Oreal para ganar minitas, Ladilla era el típico equipo drapie del campeonato. Cualquier equipo que fuese primero en algún torneo sabía que Ladilla era un escollo difícil de atravesar haciendo valer la famosa frase “la injusticia del fútbol”. En otras palabras, era el famoso equipo hincha huevo que perdía contra los últimos pero empataba (a veces ganaba) a los de arriba fluctuando la mitad de tabla como un alma perdida que concurre a Pinar de Rocha un jueves a la noche. Aún se recuerda por los pasillos del Gigante de Gerli esa tarde memorable en que con solo cuatro llegadas contra seiscientas quince y al grito de “todos nos llaman los negros de mierda porque rompimos la vidriera de Modart”, Ladilla obtuvo su segundo triunfo en su historia (3-2), y nada menos que vs. Los Patos quien de ganar aquel día quedaba puntero luego de la derrota de Presidente Avellaneda.
El sábado pasado no, sino el otro, la misma película de ciencia ficción pareció observarse. El modesto equipo de Barracas, de flojísima actuación en el torneo Eh! Amigo de La Boca (por no decir que va último producto de la milonga de mala calidad que consume) pagó con la misma moneda de la injusticia, frenando así las ilusiones del conjunto ladillento de trepar a la cima del campeonato. ¿Pero que pasó? Aquí estamos para analizarlo. Tranquilícese.
El equipo que formó con: Daminato en la portería; Leo, Andrés, Jere y DJ en la defensa; Pujo, Javi, Saulo y Tavo en el medio; y Cali y el “Tanque” Arbelo en la delantera jamás vió un fulbo, careció de poder ofensivo y extrañó con demasía las presencias de Nico Paz, Ale y la soltura de La Iguana para moverse por todo el frente de ataque. (ver formación y premios)
En lo que respecta al primer tiempo, Ladilla dominó el juego aunque pocas fueron las llegadas que tuvo a su favor. Entre ellas podemos destacar un disparo de Cali y uno de Javi que solo inquietaron al arquero para que no se le pase el agua del mate. Claro que también el primer tiempo tuvo su jugada polémica. Corría el minuto 17 cuando Jere peinó con su marulo una pelota que se fue cerca del palo izquierdo del tranquilísimo cancerbero rival que a esa altura estaba tocándose con carpuza. De todos modos, Fiorito Grancurrito, ahora devenido a lineman, había cobrado offside. Las explicaciones no convencieron a Jere quien se fue protestando y jurando recuperar Las Malvinas Argentinas. Acto seguido a ello, otra jugada polémica tuvo a Jere de protagonista: Javi efectuó un córner desde la izquierda, Andrés cabeceó débilmente y el arquero embolsó el esférico. Pero Jere gritando que usa Tulipán porque es macho y argentino se llevó puesto al guardameta y con una actuación de la talla de Norma Aleandro se excusó en que ni lo había tocado. El referí hizo caso omiso a los berrinches de Jere quien una vez más se fue jurando reconquistar las Islas del Atlántico Sur. ¿Mariano? Tranqui se tomó un tubito y se fue a echar una siesta a un arbolito amigo hasta la finalización de la primera etapa.
En el segundo tiempo el embole prosiguió, aunque Ladilla tuvo una serie de llegadas más claras: un remate de Cali con una ojota Rider se fue mansito por la línea de cal; y una envestida de la La Cara que fue frenada con un cortito de Titanes en el Ring justamente en el área chica cuando este iba a cabecear con sus rulos similares a los de Sander. Tras ello lo más curioso fue la entrada a los 32 min. de Gonza por Diego Arbelo, quien excusó su pobre desempeño en el famoso y celebre “tironcito de Burgos” y la valentía de Saulo para pedir la pelota ante cada saque de meta de Mariano pese a no poder seguir acarreando su considerable peso. 0 – 0 y fin del partido.