miércoles, enero 30, 2008

INFO. GRAL. // Jere lo hizo

Varias eran las historias que había frente al mítico mito de quien se había comido y/o besado con pasión a la bella Cecilia Pecala de rasgos momificados y estirpe de chorizo en el viaje de egresados a Bariloche.
¿Había sido el ahora padre de familia y revendedor de golosinas en euros quien en aquel entonces noviaba con una chica llamada Natalia, a la que le confesó haber viajado a través de las estrellas y boludeces tales en una determinada habitación?, o ¿fue un tal Jeremías, en la actualidad devenido a actor, quien en ese placentero viaje juro fidelidad eterna a su novia Jessy a pesar que años más tarde, y tras finalizar dicha relación, ahogó con un grito satánico su nombre en el cielo?
A dichas acusaciones, de índole “Fuiste vos Jere”, “No te hagas el dolobu Juan”, “Dale, que yo te ví, tenías la camiseta de Huracán” o “No me chamuyes, que vos le habías confesado a Mariana Josa tu amor por Pecala en el boliche la Jaula”, solo la figura de un testigo podría hacerle frente. Y fue así como Cecilia Gonzáles, a pesar que ese día arrastró desde la discoteca bailable Block una mamusa de kilómetros de alcohol al extremo de increpar a Sergio Basalo (o como garcha se escriba) al grito de: “dame paco, puto! Somo de Barraca”, dio su punto de vista y/o/u contundente opinión. “Fue Jere” dijo sin tapujos la rubia bailarina de tango. Claro que, en el estado en cual se encontraba tal testigo esa noche, si bien inclinaba la balanza hacia los Servettini, no conformaba al jurado para dar el veredicto final. Indignada, dicen quienes la conecen, realizó una llamada. Llamada que sería la llave a la verdad. En otras palabras, habló con la mismísima Cecilia Pecala quien se encontraba depilando la entrepierna con música de Ricardo Montaner de fondo pero dio fin a esta cuasi-infinita discusión al decir: “Seee, fue Jere. ¿Me dejas depilarme en paz? Gracias… Cachita esta alborot ahora baila el cha cha cha…” tuuuuuu!!! (onomatopeya que cortó)
¿Quién mató a Kennedy?, ¿hay vida extraterrestre?, ¿existió el continente Atlántida”, ¿qué es de la vida de Saulo?... Por suerte, un misterio menos yace sobre nuestras vidas.


Atte.
El Ladillón