INFO GRAL. // El día que jugó Kaká
A pesar de haber sucedido semanas atrás, cuando Ladilla se impuso por 5 a 1 ante Submarino Amarillo, la noticia, de que un jugador del primer equipo tricolor sintió incomodidades en su esfínter al punto de tener que salir corriendo desesperado hacia los yuyos en medio del encuentro, no pasó desapercibida.
Aquel día, cuando corrían 10 minutos del primer tiempo, Gustavo Paz, quien llevaba a cabo una sobria tarea como lateral izquierdo, empezó a sentir que una Creamfield empezaba a bailarle en el estómago. Trascurridos 35 minutos, luego de preguntar en varias ocasiones cuanto faltaba para que termine el primer tiempo y escuchar una respuesta que no era la esperada, el lateral abandonó su posición y corrió a toda velocidad hacia unos pastizales donde poder relajarse y soltar sus veleros en paz, y de esta manera evitar comentarios como “alguien se cagó y no de la risa” en medio de la cancha.
Según testigos, dichos inconvenientes diarreicos se debieron a que la noche anterior Gusty se pasó de rosca con el fernet y la champaña (como diría Andrés). Incluso hay quienes afirman haberlo visto más tarde ir a bajonear a la costanera unos cuantos “choribomb explosivos” y condimentarlos con distintas salsas perversas.
“No me sentía bien. Empecé a sentir frío y una puntada en el estómago. Encima cuando preguntaba cuanto faltaba el forro de Saulo me decía siempre `5 minutos ` pero yo sabía que faltaba más. Y bue… tuve que cagá… ¿cual es? ¿qué... a caso vo`no cagá?” fueron las explicaciones de Gusty que causaron cierta sonrisa en quienes las escucharon.
Algunos testimonios tras el garco de Gusty


