CARTA ABIERTA // Verguenza

Es lo que le debería dar a los que organizaron este campeonato. Obligaron al equipo a jugar cuando a ellos les convenía, con lluvia, barro, frió, sol, escarcha, horarios imposibles pero el equipo siempre estuvo. No importaba que hubiera perdido partidos imposibles, gracias al presentismo y profecionalismo se mantuvo el equilibrio de este desastroso torneo. Nunca se quejó de nada, ni siquiera de los pésimos arbitrajes que le tocaron que le hicieron perder puntos importantes y siguió a pesar de los palos que le metieron en la rueda. A pesar de todo esto se merece un aplauso porque hizo un campañon. Por ahora está segundo a un punto del primero, quien debe dos fechas, aunque puede pasar cualquier cosa ya que es seguro que se cansaron de inventar partidos. “¿Y ahora qué? ¿Qué nos queda?” Seguir con esta racha invicta de más de seis meses, no desarmar el equipo y por sobre todas las cosas no perder el ritmo, que siguiendo este camino, la estrella dorada va a llegar.

Para el Ladillón
Santos Biasatti